
En esta tumba se encuentran,
los restos de los pregoneros que se fueron,
aquellos que por una u otra razón,
por culpa de la huesuda nos dejaron.
Recordamos a Alonso, el pregonero mayor,
a quien en nuestra entrada recordamos;
como también a Nicole no menor,
cuyo Biótico no olvidamos.
A David, a quien a inicios de semestre la muerte secuestró, un abrazo al más allá, o al más acá.
Hoy extrañamos a Marrufo,
a quien la huesuda a las Vegas se llevó,
y a quien agradecemos que a Silver,
nuestro conductor hoy, sí nos dejó.
Con acción veloz la parca a Saraí y a Luis Enrique el ojo les echó.
Gran sorpresa fue que con sus gadgets, simplemente la de negro, mejor se quedó.
A Marisol en la consola de reojo miró;
“a ella si me la llevo”, con pesadumbre se dijo,
“sin Pregonero los dejo”.
Antes de irse, lanzando amenazante verso sin esfuerzo,
la huesuda a Lalo y a Marco advirtió:
“A ustedes el próximo año me los llevo,
porque por hoy, yo ya le llego”.
aquellos que por una u otra razón,
por culpa de la huesuda nos dejaron.
Recordamos a Alonso, el pregonero mayor,
a quien en nuestra entrada recordamos;
como también a Nicole no menor,
cuyo Biótico no olvidamos.
A David, a quien a inicios de semestre la muerte secuestró, un abrazo al más allá, o al más acá.
Hoy extrañamos a Marrufo,
a quien la huesuda a las Vegas se llevó,
y a quien agradecemos que a Silver,
nuestro conductor hoy, sí nos dejó.
Con acción veloz la parca a Saraí y a Luis Enrique el ojo les echó.
Gran sorpresa fue que con sus gadgets, simplemente la de negro, mejor se quedó.
A Marisol en la consola de reojo miró;
“a ella si me la llevo”, con pesadumbre se dijo,
“sin Pregonero los dejo”.
Antes de irse, lanzando amenazante verso sin esfuerzo,
la huesuda a Lalo y a Marco advirtió:
“A ustedes el próximo año me los llevo,
porque por hoy, yo ya le llego”.
Por Enrique Figueroa Anaya.
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